Curvas, cascadas y sorpresas
Las tres sierras que componen el Atlas marroquí tienen infinidad de pistas pero pocas carreteras asfaltadas.
Recorrer las carreteras locales del Atlas es retrasar en el tiempo. Volver a las rutas españolas de hace 30 años. Aunque poco a poco estas rutas van siendo actualizadas y por tanto con algunos tramos en obras, son de los tramos de carretera de montaña que ayudan a mantenerte atento. Cambios de asfalto, arena en vaguadas, y el paso por sus pueblos pequeños y bulliciosos por su calle principal, la carretera. Te lo pasas bien por estas rutas de sube y baja con curvas de todo radio, mientras atraviesas cañones saltados por puentes de hierro y te asombras ante las cascadas de Ouzoud. Una etapa deliciosa pero… las noticias de las medidas que se rumoreaban en España y el mundo, y los datos de aumento de contagios, nos mantenían el corazón en un puño. Entrábamos en Marrakech.
Patrimonio Universal Inmaterial.
La plaza de Djena El Fna de Marrakech esta catalogada por la UNESCO como patrimonio universal inmaterial. Cada tarde se crea y cada noche desaparece, hasta el siguiente atardecer. Es la plaza Loca, la plaza Magica, Fantástica, sorprendente, única, el la Plaza de la Asamblea de los Muertos, el corazón de Marrakech.
Los cien olores, las mil imágenes, las infinitas sensaciones. Divagar entre los puestos de comida donde a las incesantes insitencias de los camareros para que te sientes en su restaurante, puede sentir el ambiente de la gran plaza del Sur de Marruecos. Para mi algo así como la Sevilla del reino norte-africano. Mil comidas exóticas, cien mil colores y formas, palabras inteligibles, frases en español, árabe, francés, rifeño, alemán o ruso. Todos los pueblos de Marruecos y medio mundo se dan cita en esta Plaza. Su avenida principal esta presidida por la torre de la Mezquita , la Kotoubia. Quizás sea por la similitud de la torre de la Mezquita de Marrakech con el de la Catedral de Sevilla, que fueron diseñadas por la misma escuela en el siglo XVI. Quizás sea por al ambiente abierto y variopinto, por el calor, o las luces. Marrakech es de esas ciudades inolvidables, a las que vuelve una y otra vez y siempre te encanta.
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