Los tiempos cambian de forma acelerada en todos los sentidos, tanto que ahora son mas los que viajan sentados frente a una pantalla que los que lo hacen en vivo.

Primera vuelta al mundo en moto (1912) Carl Stearns Clancy (USA) sobre una motocicleta Henderson cuatro cilindros 7 CV.

Viajar, explorar territorios desconocidos, siempre fue uno de los anhelos de los humanos más inquietos e inconformistas. Vivir nuevos paisajes y paisanajes fuera del entorno conocido excita el instinto intelectual de algunos individuos de cualquier especie. 
Los vegetales lo hacen de forma involuntaria, aunque buscada, pero en los animales, cuanto más evolucionados mas interés sienten en explorar nuevos espacios. Esto fue clave para el desarrollo de la humanidad. Si todos nuestros ancestros primitivos se hubieran conformado en permanecer en un solo lugar, aquel que por sus condiciones climáticas y de alimentación pudieran mantenerlos dentro de su comodidad, lo más probable es que no habría evolucionado la especie y menos aún, pasar de África a Asia, Europa y por último a América. Simplemente no habrían bajado de los arboles a buscar nuevos ecosistemas o sencillamente nuevos bosques. Claro que fue el clima en la mayoría de las ocasiones lo que provocó el movimiento masivo de los primigenios seres humanos, pero siempre hubo, hay y habrá individuos que buscan cambiar de entorno por una fuerza innata que les incita a sentir nuevas experiencias, conocimiento y nuevos ambientes, aún a sabiendas que en la mayoría de los casos esa actitud arriesgada tiene más peligros que ventajas y sin duda muchas más incertidumbres. 

Antonio Veciana y Santiago Guillen.(España) Vuelta al Mundo en Vespa 1962

Durante los últimos siglos de la historia de la humanidad los avances en la ciencia han permitido a los viajeros contar con herramientas cada vez más sofisticadas para que el camino de exploración sea menos incierto. La brújula, el astrolabio y la cartografía, plasmada en mapas; fueran de arcilla, papel o digitales, ayudan al viajero a conocer de antemano su posición, rumbo y la geografía a la que se enfrentará en su ruta. Estas herramientas al contrario de lo que recomendaría el instinto de supervivencia, aún excitaron más las almas más inquietas.  
En la actualidad durante el segundo decenio del siglo XXI ya no es necesario moverte de tu cómodo entorno para conocer el mundo. Desde mediados del siglo XX con la proliferación primero de la fotografía, después del cine y a continuación de la televisión se podían ver las maravillas y variedades del planeta sin ningún esfuerzo. Internet vino a darle una nueva vuelta de tuerca y no sólo te permitía ser consumidor pasivo, sino que también se podía elegir por dónde viajar, cómo y hasta con quién vas a descubrir el mundo.

Los viajes en moto empezaron al mismo tiempo que su nacimiento.

Esta realidad es ignorada completamente por los nuevos supuestos viajeros exclusivamente virtuales y la inmensa mayoría de sus seguidores, que consideran que si no hay imagen o mejor video no hubo ningún viaje y también que unas imágenes previamente bien tratadas con sistemas de corrección incluso modificación confirman el viaje, aunque este ni existiera en realidad. La falta de conocimiento de la historia en cualquiera de sus facetas crea una inmensa pléyade de radicales, acérrimos defensores de su personaje elegido al que creen con fé ortodoxa lo que les transmite su ídolo sin cuestionar nada ni siquiera dedicarle el mas mínimo razonamiento a sus hechos. Eso es fé mas alla incluso que la de cualquier religión.  
Unir la tecnología con la forma más clásica del viaje a caballo, expuesto a las condiciones ambientales empezó con las primeras motocicletas. Igual sucedió con las competiciones. La primera carrera entre motos tuvo lugar cuando se fabricó la segunda moto. Las ansias de competición y exploración están ligadas a la motocicleta de forma inseparable. 

Anne France Dautheville (Francia) primera mujer en dar la vuelta al mundo, 1973, en moto Kawasaki 125.

Como no puede ser de otra manera, han ido al compás de los tiempos y nadie puede dudar que son muchos más los que se conforman con ver en sus pantallas las aventuras y desventuras de viajeros por el mundo  que los que se atreven a vivirlas en primera persona. Como en todo hay niveles desde el internauta que no sabe, ni quiere montar en moto pero disfruta de las aventuras de otros, pasando, por los que se atreven a viajar dentro de su país tomando las fronteras como un muro insalvable a los que no distinguen entre países o continentes y enseñan y animan a otros a imitarles. Todas son validas y respetables.
Eso es hoy, pero mañana, sí mañana mismo, pues los tiempos corren muy deprisa, habrá una nueva forma de viajar que sin duda tendrá millones de acérrimos seguidores en todo el planeta con independencia de su cultura o espíritu viajero. Hablo de los viajes virtuales. Ponerte unas gafas de realidad virtual y caminar por un sendero en los Andes o subir al mismísimo Everest no será necesario ninguna preparación y bastará con que pagues la tarifa para su visualización que no dudes cada vez será mas sofisticada, y no hablo sólo de imagen y sonido, sino también hasta de aromas y tactos. 
Estoy tan seguro del éxito de los viajes virtuales que animaría a cualquier inversor a sabiendas, que multiplicará sus inversiones. No cabe duda tampoco que se radicalizarán posturas. Por un lado, los que defenderán furiosamente que el sistema virtual es el mejor, esgrimiendo bajos costes y riesgos nulos frente a los que querrán seguir viajando de forma clásica llevando su cuerpo físicamente a otros entornos. 
Mientras nacen y se desarrollan, aun de forma incipiente los viajes virtuales, hoy vivimos una situación antes nunca posible para viajar de forma clásica con tu motocicleta. Asumiendo riesgos, con las herramientas más potentes a tu alcance y con la posibilidad de ajustar tu viaje a un presupuesto esquelético o abundante. Todo es posible hoy. 

Emilio Scotto ( Argentina) Dos vueltas al mundo consecutivas 1985-1995.

Desgraciadamente no me cabe duda de que los menos inquietos querrán forzar a los legisladores que verán con buenos ojos restringir a los segundos por temerarios y poco solidarios. Los tacharán de egoístas, locos insociables y hasta que sus acciones pueden provocar gastos importantes al resto de la comunidad alegando que sus accidentes, perdidas en parajes remotos o cualquier otra cosa “los pagamos entre todos”. Argumentarán con datos en algunos casos irrefutables y utilizarán estadísticas, aunque ya se sabe según la frase que publicó y popularizo Mark Twain atribuida al político inglés, Benjamin Disraeli, “(…) entre otros, que hay tres clases de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las mentiras estadísticas. En frente los viajeros de cuerpo y alma sólo podrán alegar sensaciones espirituales difíciles cuando no imposibles de medir. Algo así como la ciencia y el arte tan conceptualmente diferentes. Siempre pasó así, da igual que sean exploradores, artistas o incluso hasta científicos. Para colmo con la irracionalidad furibunda que permiten las redes sociales, la mediocridad y cobardía, siempre acusará de todos sus males a los valientes y arriesgados.

El rebaño siempre mira con recelo a la oveja que busca nuevos pastos aún sin meterse ni provocar a nadie.  

Hoy se puede viajar con toda la infomación en tiempo real al alcance de la mano.

Afortunadamente, un importante y clarividente número de humanos sigue empeñado y aún encuentra recursos económicos para, con las herramientas tecnológicas actuales ,seguir explorando. Una vez conocido la gran mayoría del planeta tienen sus miradas puestas en el mayor viaje que pueda imaginar la Humanidad. El espacio exterior. 

El viajero en moto conserva ese espíritu explorador. Con las herramientas de su época, pero siempre con el mismo interés e inquietud: descubrir y vivir en la propia piel lo que hay más haya de su espacio conocido.  

Emilio Scotto y Gustavo Cuervo. Firma libros.  La Bañeza. Leon, España 2022..