Con el principio del año todos pasamos un rato dedicado a los buenos propósitos. No voy a entrar en los típicos y jocosos por reiterados, si no en esa chispa que mas allá de los tópicos nos promete un nuevo año lleno de sueños cumplidos. Eso es mirar lejos, y mirar con emoción de vida. Suena profundo, pero es lo mismo que hay que hacer cuando pilotas una motocicleta, mirar lejos. Es mi primera reflexión del año, mirar lejos y su coletilla; donde mires es donde vas. Dos actitudes que vuelven a ser las máximas de este año recién estrenado.

En el retrovisor, un 2018 con miles de kilómetros por cuatro continentes y con centenares de amigos, cuando no miles, en las manifestaciones reivindicativas de nuestras libertades. Es pasado. Por delante, un nuevo año lleno de proyectos, algunos realmente complejos, de verdadera aventura en los que la incertidumbre siempre sobrevuela; otros, más fáciles y turísticos y por supuesto, unos cuantos eventos entrañables se perfilan en el horizonte de este 2019.

Mirar lejos

Todos recordamos cuando nuestro padre, amigo o quien nos enseñara a montar en bici nos decía: “No mires la rueda delantera, mira lejos, mira lejos”. Pues eso que aprendimos de modo ya imborrable y que nos enganchó para siempre al equilibrio dinámico, sigue siendo una premisa universal del motero. Mirar lejos en carretera, circuito o campo, cada uno con sus distancias, claro, pero mirar lejos. Eso da la perspectiva y apunta hacia donde vamos.

Donde mires es donde vas

Si miras una mancha del tamaño de una moneda en el asfalto a cientos de metros y te quedas mirándola, ten por seguro que la pisarás con las dos ruedas. Así es, miras lejos para apuntar. Enfocas tu trayectoria y adelante, aunque sea un bosque de árboles.

Siempre he pensado que lo más difícil de este proceso que todos los motoristas tenemos el privilegio de albergar es precisamente acostumbrarse a mirar lo más difícil, los espacios, los huecos entre los objetos sólidos que no se pueden atravesar. Es tan sencillo como que un bosque, en el momento que te quedes mirando un árbol, seguro que le pegas en el centro. Aún más difícil es aplicar la famosa frase utilizada para montar off-road: “Ante la duda, gas”.

Sí, justo lo contrario de lo que te dice la lógica en tu cabeza, que ante la duda menos gas y frenar para superar más despacio el obstáculo. Pues no, ¡gas! Acelerando se resuelven muchos de los problemas que te vienen de repente rodando por el campo. Cualquier piloto experto lo sabe y más que eso, lo aprovecha y lo convierte en la forma de conducir correctamente una moto.

Quizás sea porque la moto como vehículo especial tiene muchas cosas que nos enamoran y es precisamente porque se hacen al revés. El famoso contra-manillar es otra que irremediablemente todos hacemos, aún sin saberlo. Girar el manillar al lado contrario de la curva para inclinarla y hacerla girar lo hacemos sin darnos cuenta

Es por eso que mirar lejos es tan importante. Cuando no te distraen las minucias que conviertes en rutina y acto reflejo, como mirar donde vas, contra-manillar, gas ante la dificultad, es cuando avanzas seguro y con objetivo claro. Como en la vida, hay que mirar lejos para disfrutar del momento.

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