Finalizada con éxito pleno una ruta de 2.300 km por Marruecos con 12 BMW R 90 S. Mi moto mas querida.
Tras una preparación de casi un año de duración arrancamos un viaje en le que había puesto muchas ilusiones. La ilusión de repetir 33 años después un viaje por Marruecos con un grupo de amigos y sus impecables R 90 S. Fue en 1985 cuando guié mi primer grupo por Marruecos para el Club de motos BMW de España. Entonces yo conducía una R 90 S Daytona. La nostalgia me asaltó en muchos puntos de la ruta. Memorias de ayer y sensaciones de hoy.
Esta vez yo viajaría sobre una nueva BMW R 1200 NineT. Option 719. Sin ninguna duda una moto preciosa y llamativa, digna sucesora de las 90 S . En sus espejos fuí viendo continuamente el dulce rodar de las clásicas BMW por todo tipo de asfaltos y climas. Una caravana bicolor. Naranja y negro.
Jose Ramón Ricart responsable del Registro Nacional de R 90 S fue el encargado de convocar a todos sus amigos, amantes de las míticas Daytona y Silver Smoke. El nombre de sus «pinturas de guerra» en los dos versiones que se fabricaron de estas bóxer míticas entre los años 1973 y 1976. Modelos que pasaron a la historia mas memorable de la marca alemana.
Fue una motocicleta que rompió muchos récords y marcó tendencias, como se dice ahora a principios del siglo XXI. La primera moto con cúpula de serie, primera con colores degradados y la primera moto de gran serie capaz de superar los 200 km/h . Era toda una deportiva a mediados de los años setenta del pasado siglo XX . Con aptitudes «racing» y ruteras mucho antes de que naciera el concepto sport-touring. Una moto deseada y querida. Orgullo entonces y hoy de sus propietarios.
Tuve el placer de poseer una 90 S Daytona y con la que Chelo y yo recorrimos miles de kilómetros por Europa, y Africa. Decenas de países y el Sahara argelino y tunecino en varias ocasiones. El más recordado de todos aquel del verano de 1984 desde Madrid hasta Assuan en el sur de Egipto. Que ilusión volver a rodar con ellas.
Las 12 90 S realizaron una ruta completa y evocadora enlazando los principales lugares y paisajes de interés del reino alauí. El primer día tras el ferry cruzando el estrecho de Gibraltar enlazamos Tarifa con Tánger. A continuación Asilah con Rabat en una primera etapa de aclimatación a territorio y circulación africana.
De Rabat hasta Marrakech donde los asfaltos muy pisados y sucios, cuando no ondulados y quebrados fueron la tónica de este tramo por el interior del agro marroquí. Cultivos y colores del fin del verano hasta llegar a la plaza de Jemaa el Fna, (La Asamblea de los Muertos) en Marrakech. «La plaza loca» es Patrimonio inmaterial de la Humanidad y uno siente la misma emoción cada vez que se entra en esta singular algarabía humana de etnias, culturas, olores, colores y sabores. Nada comparable a cenar en los chiringuitos una selección de gastronomía local. Restaurantes hay muchos en Marrakech, espacios para comer como los locales de Jenaa el Fna solo en este abigarrado conjunto.
De Marrakech al desierto atravesando el puerto del Tizi Tichka donde algunos volvieron a demostrar que las 90 S, en buenas manos y a pesar de sus 40 años, se defienden bien en curvas. Parada en uno de los pueblos mas bellos de Marruecos, Ain Ben Hadou, con su conglomerado de casas apiñadas a los pies del Atlas. Allí, donde el desierto empieza a mostrar sus encantos y rigores. Lugar elegido para el rodaje de la afamada película Gladiator. Unas tapas de jamón y productos ibéricos hispanos acompañado de algo de gastronomía local a la vista de este conjunto paisajístico resulta inolvidable. El mismo día continuaron viaje las infatigables veteranas hasta Zagora, la puerta del desierto, al final del valle del río Dara y su inmenso palmeral.
La siguiente jornada travesía del desierto hasta Merzouga donde cambiamos las motos por los dromedarios para internarnos entre las dunas y dormir sobre la arena. Otra experiencia que hay que vivir al menos una vz en la vida.
TORMENTA DE ARENA
Un día libre en Merzouga esta destinado al relax o la diversión con buggies por las dunas pero también para la sesión fotográfica.
Esta vez el desierto no quiso que tuviéramos imágenes serenas de dunas rojizas y nos regaló con una repentina tormenta de arena que puso a prueba al equipo. Viento, arena y lluvia azotaron con fuerza a pilotos y maquinas. Justo al empezar la sesión, sin tiempo ni para una ronda de carrusel nos invadió el feroz desierto. Costaba sujetar las motos en parado para que no las tumbara el viento. La electricidad estática hacia saltar chispas al tocar cualquier metal. Cinco motos se pararon de repente. Las que continuaron en marcha volvieron al hotel. Las paradas las fuimos recogiendo por turnos en plena tormenta con el furgón de asistencia. Un buen rato de emoción y trabajo en equipo.
Ya en el garaje el especialista Natxo Barral y Harald se encargaron de ponerlas todas en marcha antes de cenar. Limpieza de platinos y ajustar encendido. Todo listo para partir al dia siguiente en la larga etapa hasta Fez. La mejor anécdota del viaje ya tenía escenario. Vivir una tormenta de Arena en el Tafilalet es sentir la naturaleza desértica en plenitud. Mucho mas allá de los idílicos paisajes de onduladas y clamadas dunas. Esto es el Sahara y la arena también esta viva.
RUMBO NORTE
Saliendo del desierto viajamos hasta Fez, de nuevo cruzando el Atlas entre frescos y fríos mas alguna lluvia esporádica. Remontamos el valle del Ziz con sus magnificas gargantas y los pueblos de montaña de Azrou y Midelt antes de alcanzar . La artesana ciudad de Fez el Bali. Visita guiada a la caída de la tarde con sus luces cambiantes, serpenteando entre callejuelas laberínticas y la cena en casa de Sara y Abdul, nuestros anfitriones. Deliciosa comida casera, de la de verdad y la hospitalidad del pueblo marroquí se demuestran con estas acciones.
Desde Fez a Chefchaouen una etapa con escala en el lugar arqueológico de Volúbilis, capital del aceite en época romana. Calor y curvas, viejos asfaltos y alguna obra con tramos llenos de trampas marcaron la ruta hasta la llegada a la ciudad azul. Chefchouen esta viviendo un cambio trascendental. La llegada en masa de turistas asiáticos hará cambiar en cierto modo la forma de vida de este pueblo del Rif. El paraíso soñado de tranquilidad de aquellos nativos y españoles tenían en esta urbe de sublime color azulado, parece que tiene los días contados. La globalización y masificación esta cambiando su estilo de vida.
La última etapa nos llevó de Chefchaouen hasta Tánger y en el ferry a Tarifa y luego el ultimo tramo de asfalto ya por España hasta Algeciras. Cena de «hasta pronto» entre comentarios de anécdotas y risas mas el norte de un casco BMW y un juego de neumáticos Metzeler pusieron el punto y seguido a este viaje excepcional.
Maquinas con mas de 40 años que no dieron ni un problema, al margen del provocado por la tormenta de arena. Dos pinchazos fueron las únicas averías.
Las R 90 S siguen demostrando hoy como ayer que son motos capaces de llevarte hasta el fin del mundo, aunque por su carnet de identidad este ya dentro de las motos clásicas. Larga vida a las 90 S.