Una jornada realmente extrema. No esperabamos tanta dureza ni una etapa tan complicada. En total 16 horas de moto por pistas estrechas curvas continuas muy cerradas, subidas y bajadas vertiginosas. Muy pocas aldeas separadas decenas de kilometros que tardan horas en enlazarse. Campos de coca y el desafortunado incidente de Joaquín. Nuestro amigo boliviano tiene una estupida caida casi en parado y al apoyar la mano tiene una fuerte torcedura. Quizá tenga una fractura en la parte superior de la muñeca.
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Tenemos que continuar , solo tenemos salida hacia adelante, y eso supone unas cuantas horas mas.Tendremos que encontrar alguna aldea con alojamiento, hoy sera imposible llegar a Cochabamba. Alcanzamos el rio Sacambaya que obligatoriamente debemos cruzar ya con la noche cerrada. No encontramos el paso y el vadeo es sin duda profundo. Decidimos hacer un fuego mientras el vehículo de apoyo busca algun nativo en el pueblo que ya pasamos hace media hora para que nos indiquen el paso. Cuando regresan nos muesran el camino y nos ayudan a pasar las motos una a una. La corriente es fuerte la luz única la de las estrellas. Nos atrevemos y tenemos éxito, conseguimos superar el rio pero aún nos esperan tres horas más hasta alcanzar Independencia. Es una pista durisima, de piedra suelta, que vuelve a subir y bajar. Los precipicios ya no los vemos, pero los intuimos estamos siempre en el borde el abismo y además sufrimos un pinchazo. Por fin a las 12, 30 de la noche alcanzamos la aldea de Independencia. Un modesto hotel sera nuestro refugio. Esta noche no hay cena. Mañana tendremos que salir de la región de los Yungas, seguirán las pistas complicadas.