Soy Jorge Torrecillas, actual director de Marketing y Comunicación de la Real Federación Motociclista Española. Mis comienzos en el mundo de las motos como profesional fueron en la revista Motociclismo. Allí nos formamos una generación increíble de periodistas y fue donde aprendí lo que es un medio de comunicación de verdad y la importancia de llegar a los cierres. Después me apunté a la aventura de lanzar y dirigir las revistas EnduroPro y Moto1 Magazine (ahora Moto1pro) y años más tarde llegué a montar mi propia empresa llamada Japan Legends, vinculada con las motos deportivas de los 80 y 90. Pero no me enrollo más sobre mi vida y os dejo una anécdota divertida y que con la que veréis cómo desde un medio muy pequeño se puede hacer mucho ruido.

El gran desafío

Corría el año 2011. Acabábamos de lanzar Moto1 Magazine en un tiempo en que las revistas digitales empezaban a nacer y eran prácticamente desconocidas. El reto que tenía por delante era enorme y como bien me dijo mi jefe por aquel entonces “Jorge, te vas de la silla cómoda al rock and roll, a cobrar menos y a currar más, pero si sale bien el orgullo será para ti”, y así fue.  No teníamos buen tráfico web, no teníamos buenas cifras de audiencia, ni los recursos de una gran empresa. Además, los smartphones y tablets empezaban a llegar al mercado y el consumo de prensa de motor en internet aún era bajo. Sin embargo, nos sobraban ideas y ganas.

Por aquel entonces teníamos como lema “coronarse siempre” –ahora algo comprometido- y os puedo garantizar que los primeros números de aquella publicación fueron de lo mejor que se ha hecho en prensa por su frescura, calidad e ilusión, según me comentan muchos compañeros del sector. Todos los que formábamos parte de aquella plantilla primigenia de Moto1 veníamos o bien de trabajar en grandes cabeceras del mundo del motor como Motociclismo, en mi caso, o el grupo Luike en caso de Javi Perez-Rubio, ahora director de Soymotero.net, o bien eran nuevos en esto como Alejandro Alonso o Juan Carlos González, actual director de Motorbike Magazine.

Solo podíamos jugar la baza de la creatividad para hacernos visibles y nos propusimos que en cada número hubiera una prueba especial que destacara por encima de todas las demás y que bautizaríamos como “El Remake”. Sería un homenaje a una película y la ambientaríamos como tal. Hicimos muchos emblemáticos –La Gran Evasión, Lobezno, Regreso al Futuro, Hulk-, pero sin duda el que más impacto y nos catapultó al éxito fue el de Ciudad del Pecado (Sin City).

Ciudad del pecado

Queríamos hacer algo salvaje en foto y vídeo, pero no teníamos más que un puñado de euros para toda la producción. Era arriesgado y si fracasábamos habría que justificar a los jefes que el presu de todo el mes se había ido en esto…  Eso sí, en el garaje descansaban las dos motos más brutales del momento: la Yamaha V-Max y la primera versión de la Ducati Diavel. Con este panorama les pedía el favor a mis amigos de Variopinto Producciones, que acababan de montar su empresa y les apetecía hacer un poco de ruido. Nos dedicarían una tarde para la grabación y las fotos.

Teníamos un guion medianamente trabajado pero, al llegar al rodaje y compartirlo con los especialistas de la productora, nos dijeron que era imposible hacer todo eso en una tarde, que si estábamos locos. Además, ¿había que sacar fotos? Ni en sueños…

Improvisamos cada plano de acción con la idea de tener algo de calidad y, a malas, hacer un montaje con imágenes llamativas. Así que nos pusimos a grabar en los túneles de Paracuellos del Jarama en plena hora punta simulando una persecución entre coches, con los cámaras descolgados desde una furgo y con las GoPro pegadas con cinta. Después nos sacamos de la manga un set con iluminación artificial bajo las vías del tren que hay en el barrio Alameda de Osuna y allí nos dimos cuenta de que el mundo de la interpretación era lo nuestro… o no. La experiencia para todos fue increíble y muy muy divertida. Empezamos a creernos Spielberg y su equipo.

Este es el resultado. Juzgar vosotros mismos.

VIDEO CIUDAD DEL PECADO

Tanto Yamaha como Ducati nos felicitaron por el trabajo y muchas otras marcas también lo hicieron. Tanto es así, que querían ser protagonistas de nuestras locuras. Incluso nos invitaron a Marca TV para hablar de esto. Después vinieron algunos cortometrajes más, todos ellos alucinantes durante el rodaje pero cuyo resultado final no fue tan grato. Más bien empezaron a parecer películas baratas de serie B y decidimos retirarnos antes de ser pasto de las más duras críticas. He de reconocer que mis actuaciones nunca fueron valoradas como merecía, muy a mi pesar, mientras que las de mi querido “Maldita” Perez-Rubio eran aplaudidas por hordas de fans. Nunca lo superé. Sin embargo, ese espíritu de hacer cosas distintas y creativas lo he llevado siempre conmigo y lo he intentado aplicar en todos los frentes de mi vida.

#nosvemosenmoto