Hoy afrontamos una etapa larga, 520 km atravesando el desierto del Gobi entre Dunhuan y Golmud. La teoría es sencilla, una buena carretera, toda recta, interminablemnte recta, y unas cuantas salidas a la tierra era todo lo programado para llegar sobre las cinco de la tarde, pero claro los planes rara vez salen igual que los piensas.El primer tramo flanquedo por altas dunas seguido de una continua subida para atravesar la primera cordillera nos dejó a 2500 metros de altitud . A continuación el desierto que despliega un buen repertorio de variados paisajes, montañas de colores, lomas que parecen tapadas con una red de cuadriculas tan imperfectas como estéticas, Noelia dice que es como cruzar el mapa. A continuación el encuentro con una manada de camellos bactrianos. No pudimos por menos que darnos unas carreras junto a estos prodigiosos animales, los verdaderos protagonistas de la Ruta de la Seda, y en verdad que corren y mucho, para eso estan en su terreno. Después un magnífico lago puso los tonos azulados en lo que debería ser nuestra última parada apenas a 100 km de Golmud, ibamos muy bien de tiempo. Pero claro ir bien, no quiere decir acabar asi el plan del día. Obras al estilo chino en las proximidades de Golmud, que hasta que se inaugure la autopista, obligan a transitar por una pista muy dura, cuajada de baches y camiones. Hasta que todo se colapsa en un atasco de esos donde los vehiculos pesados y ligeros que circulan en ambos sentidos llenan todos los espacios. Se hace obligado filtrarse entre ellos con las motos para avanzar y Angel roza ligeramente un paragolpes de un automovil parado. Seguimos sin mayor trascendencia hasta que encontramos un tramo aún sin inaugurar de la nueva autopista y allá que nos metemos. Avanzamos unas decenas de kilómetros completamente solos, mientras la vieja carretera surca el horizonte por la derecha llena de trafico. Nosotros asfalto impecable aun sin estrenar, bien por la derecha, bien por la izquierda hasta llegar al peaje, que las motos no pagan, pero donde nos espera la policia que en tono poco amistoso nos hace parar y nos retira las llaves de las motos y los carnets de conducir chinos. Estamos seguros que alguien se chivado de que venimos por la autopista que aún no esta abierta. A duras penas nos hacemos entender, o mejor dicho nos hacen comprender que los sigamos, nos devuelven las llaves . Y alli nos ves detras del coche de policia que enciende todas las luces y sirenas en cuanto alguien se interpone en su camino. A la comisaria de tráfico. No entendemos nada, y esperamos. Nos dan un té y se van relajando, mientras continuan con nuestros carnets y aguardamos el coche de apoyo con Jou Nam Tar Yan, nuestro valioso interprete tibetano/chino. Cuando llegan nos dicen que no es la autopista, que Angel ha chocado con un coche y le ha roto el paragolpes en el atasco. Angel asegura que solo rozó un coche con la bota en parado pero nada mas y cuando aparce el chino, con un agujero en el coche nos damos cuenta de que quiere sacarnos unos yuan, por algo que no hicimos. Conversaciones,negociaciones, policias para aqui y para alla, algunas voces entre el conductor y nuestros chinos . Mas negociaciones, sabemos, y lo malo es que ellos también, que no podemos perder aqui el resto de la tarde…o de la noche. El conductor pide 800, yo por medio de la «poli» ofrezco 200. Mas negociaciones. Al final se queda en 400 y aunque somos inocentes, perferimos pagar a seguir aqui polemizando. Trato cerrado. Se empeñan en levantar atestado y esccriben en un papel normal y corriente seis o siete renglones en chino con los datos de los vehiculos y conductores implicados. Jou nos lo traduce , esta correcto y para firmar, pero antes se me ocurre dejar constancia por escrito de la traduccion en español. El atestado quedo como sigue: 31 Julio 2011. Yo Angel Leal , torero, pago 400 Yuan por No haber roto un coche. Y nos vamos que tenemos prisa.
Firmado el conductor chino. Angel tambien firma y pone la huella dactilar sobre su firma con tinta roja haciendo ambas completamente ilegibles. La poli se va a un comercio cercano para hacer una fotocopia que les pedimos, nos devuelven los carnets y llegamos a las ocho y media al hotel. Lo dicho, los planes nunca salen como se propone, ¡ Ah ! y por supuesto Angel no es torero. Mañana más.
Angel Leal: Nunca en mi vida habia pasado por una carretera tan larga y recta y con tan poco trafico, apenas un par de camiones. Al principio me impacto el paso de la carretera por un pasillo de dunas inmensas. Llegando vino el duro final.