Sentir el mito americano con cada pistonada entre tus piernas, via¬jar por rectas infinitas con pausada calma y la suela de tus botas cara al viento mientras el águila de blanca cabeza vigila tu rodar y sobre el tapón del deposito una frase se convierte en lema. Live to ride. Ride to live.

El año había sido muy largo y las vacaciones parecía que esta vez si que no podrían llevarse a cabo. Los destinos seleccionados resulta¬ban complejos, peligrosos o exageradamente caros, pero todavía que¬daba la solución «fácil» esa que se llama USA. Poco o casi nada había que preparar para hacerse un interesante via¬je por Florida. Los cascos, unas pocas herramientas y las maletas de moto multifuncionales compradas en California hacia ya seis años serían suficientes. Nada de complejos rutómetros, visados o carnets de pasaje. En Los Estados Unidos de América solo hay que tener dinero, o mejor dicho crédito, para cumplir cualquiera de tus sueños y además, tampoco tanto como te pueda parecer a primera vista. Sigue leyendo y ven con nosotros a vivir un sueño.

El vuelo como siempre, tedioso, pero en el aeropuerto ya nos esperaba la prima Chelo, que junto con su familia, Monica y Roberto, nos brindarían su casa como entrañable base de operaciones en Miami. A una vela¬da familiar y una noche intranquila sucedió una brillante mañana, era la hora de ir en busca de nuestra compañera. Las páginas amari¬llas, un fax y en apenas dos horas estábamos ante nuestra Harley. No sentía ningún miedo, ni tan siquiera aquel respeto que me llevó seis años atrás y en la otra costa de USA, a descartar la opción «puro acero de Milwaukee» eligiendo una funcional «custom japonesa estilo americano». Ahora deseaba ardientemente montar aquella negra y pulida maquina que brillaba al cálido sol de North Miami. La VISA, las llaves, unas pocas instrucciones a cargo del francés que regenta el negocio y en marcha. Aunque nunca he sido un Harlista fanático y solo ocasionalmente prácticamente, sabia que en mi interior se escondía un «autentico cerdo». Habría que ir dejándole salir poco a poco, pero tan solo si se lo ganaba. De momento y recién bajado de una turismo europea, me sentía en el ordenado tráfico de Miami, como un sapo. Los reposapies delanteros ( higway feet) quedaban casi en el horizonte, mano izquierda sobre el embrague, delantera sobre el freno al igual que el pie derecho y el izquierdo dispuesto a un rápido cambio de marcha. No me fiaba mucho del fluido tráfico , las amplias calles y avenidas, ni tampoco de la Harley y mucho menos de mis propias actuaciones sobre tan singular artefacto. Una vez colocadas la maletas y el resto del equipaje, con mi mujer de copiloto y el mapa a mano, enfilamos la autopista Turnpike Norte. Cuando el velocímetro se fijó durante algunos minutos en las 55 millas permitidas llegó la hora de buscar una posición mas adecuada. -¡ Aja, esto ya es otra cosa!. El talón de una genuinas botas de Almansa ( Albacete) comenzaba a gozar de las autenticas holguras del selector Harley.

En la primera parada apenas 80 millas después, lo pensé cuando vi el reloj sobre mi muñeca. Eran las cinco de la tarde de una tropical tarde en la Florida, las once de una gélida noche en España. ¿ Por que no hacer como Peter Fonda y arrojar aquel maldito instrumento al borde del camino ?. Esta vez me tuve que reprimir, tan solo podría guardarlo en la maleta, y no muy al fondo, pues los días eran pocos, demasiado pocos para olvidar que un par de semanas mas adelante este sueño, ahora realidad, se disiparía con los hielos invernales de Madrid. De momento la US-1 norte se perdía ante nuestra mirada en busca del horizonte.

ASTRONAUTAS Y CAIMANES

Florida es un estado completamente plano. La tierra apenas levanta unos palmos del limite de las mareas y pocas cuartas del borde de sus infinitos lagos y pantanos ( Los Everglades ). La cima mas alta del estado, no puede considerarse precisamente un récord, 117 m de altitud. Como además todo el trazado de comunicaciones es moderno y pensado para el automóvil, te será prácticamente imposible encontrar curvas en toda La Florida. Te deberás conformar con los giros en las cuadriculadas esquinas de los cruces de calles o carreteras o con los amplisimos curvones de enlace de las autopistas. Te puedo asegurar que jamas he realizado un viaje con menos curvas, pues lo cierto es en mas de 1.200 millas jamas pasamos por alguna que pudiera merecer tal calificativo. Siempre en dirección norte la US-1 nos llevaba por Boca Ratón Lake Worth y Palm Beach. A estas alturas una calle cuajada de comercios en sucesión sin limite. Los mas de 130 kilómetros que suma esta calle/carretera, para atravesar la mayor concentración urbana de la costa sureste de Florida son conocidos como «La Dixie». Muestra algunos aspectos típicos de El Estado del Sol. Ciudades enteras dedicadas al turismo o residencia de la tercera edad, albergan una copiosa cantidad de jubilados estadounidenses. Palm Beach con mas Porsche, Ferrari y Rolls Royce que ninguna otra parte del mundo y entre todos la mayor concentración de embarcaciones de recreo que imaginar se pueda. Por barrios o distritos se huelen el dinero y los grandes lujos, pero también el sudor y el trabajo de los millones de inmigrantes que han levantado Florida. Se calcula que son mil diarios los que siguen fijando su residencia en Miami en busca del sueño americano, haciendo crecer continuamente su población.

Nuestro primer objetivo era Cabo Cañaveral, aquel lugar mil veces imaginado en la infancia, desde donde despegan los cohetes en busca del espacio sideral. En Fort Pierce abandonábamos las monótonas rectas de la US-1 norte, que durante las ultimas 80 millas era una especie de autovía de doble carril, cambiándolas por la no menos recta, pero mucho mas interesante A-1-A. Carretera clásica europea, un carril por sentido, atrapada entre el Atlántico y el Indian River, una estrecha barra de tierra con el mar ambos lados. Primero el laboratorio de misiles al borde del camino, después Cabo Cañaveral con su base de lanzamiento que gracias al Columbia y Shuttle puede ser considerado el primer espacio-puerto del planeta Tierra. Había llegado el momento de estacionar nuestra Harley ante los cohetes y hacer el turista. El Museo de los Astronautas y el del Espacio de la NASA, te aproximan a la ultima gran aventura del hombre. A base de ver lanzaderas, maquinas de entrenamiento y material astronáutico de todo tipo y vivir un simulado viaje en el Shuttle sientes que no parece tan lejano el año en que podremos viajar por puro placer mas allá de la atmósfera.

Solo un caimán rompía la ordenada monotonía de la carretera de acceso a Cabo Cañaveral. Flotando tranquilamente en uno de los canales que bordean el camino había congregado un nutrido numero de curiosos en la orilla, una franja de césped escrupulosamente cortada. No tardo en llegar el sherrif y recordarles, con buenos pero rigurosos modales que esta estrictamente prohibido detenerse en toda la carretera, salvo urgencias y naturalmente, aquello no lo era.

Chelo y yo sentíamos mas cerca un viaje espacial y poder contemplar nuestro planeta desde el exterior, pero por ahora, a horcajadas sobre la vibrante montura yanqee un deseo mucho mas próximo nos empujaba un poco mas al norte. Sin necesidad de recurrir a las estrellas del universo un nombre mítico nos atraía como un agujero negro.

DAYTONA BEACH

En un país tan ordenado, organizado, riguroso y respetuoso con el medio ambiente resulta extraño que dejen circular con tu vehículo por la playa, pero Daytona es eso, una playa en la que puedes aparcar o pasearte de arriba a bajo y de abajo a arriba siempre que no superes las 10 millas por hora o te salgas exageradamente de las Trafic Lanes. El origen hay que buscarlo en la década de los 50, cuando las carreras de automóviles preparados hicieron nacer el mito. No había circuito y los aficionados se concentraban en la playa para las carreras. También fue el escenario elegido para batir récords de velocidad pura entre los años 1902 y 1935 antes de que la laguna de Bonneville le substrajera tal privilegio.

Treinta y siete kilómetros de playa para rodar a tu aire, pues mas allá del conglomerado urbano de Daytona y Ormond Beach, la playa solo es habitada por gaviotas y pelicanos. No podíamos dejar la ciudad sin conocer el circuito de velocidad ( Daytona Internacional Speedway ) la pista peraltada considerada la mas rápida del mundo, ni tampoco el concesionario Harley Davidson de tan motorista ciudad. Si eres un aficionada normal a las motos, no necesitaras menos de 1 hora para recorrerlo, si te gustan las Harleys no tendrás bastante con tres o cuatro horas y si eres un cerdo estas perdido pedirás que te dejen allí encerrado pues al día siguiente todavía estarás alucinando.

EL MAYOR PARQUE DE ATRACCIONES DEL MUNDO

Cuando a uno se le ofrece en un solo día el mayor pastel de atracciones que se pueden reunir en el mundo, resulta difícil escoger. Y ya sabes como los norteamericanos son así, pues no se conforman con crear el mas grande y mejor, si no que además los juntan todos y te encuentras con una ciudad, Orlando y varios condados, repletos de parques de atracciones y fastuosos espectáculos. El mas famoso es Disney World, replica del original creado en California y exportado a Eurodisney, pero la factoría multinacional de los sueños , ha rizado el rizo con nuevas creaciones. Epcot mas futurista y no menos fantástico y MGM Estudios a lo que hay que sumar los gigantescos hoteles que imitan distintas partes del mundo y los parques y jardines que completan el conjunto del Reino Mágico. Se recomienda un pase de cinco días para conocer casi al completo y siempre rápido el conjunto da las atracciones. Si ya por si sola la fantasía Dysney se basta para aturdir al visitante, aun hay que añadir en pocas millas a la redonda otros parques no menos interesantes. Universal Estudios donde actuaras como protagonista en Tiburón, Terremoto, Regreso al futuro y muchas películas mas. Sea World el magnifico mundo acuático en escena, ballenas, pingüinos y toda clase de animales marinos. Las Mil y una noches, el mundo de la Edad Media, la Casa del Terror o la de los piratas…

Demasiadas cosas para unos viajeros con tan escaso tiempo como nosotros. Así que, cuando saturados psicológicamente y tras perdernos en la noche en los complejos nudos de autopistas, conseguimos regresar al hotel, solo nuestros doloridos pies nos recordaban físicamente que habíamos pateado durante mas de 14 horas consecutivas una pequeña parte del mayor y mas fantástico territorio construido en el planeta tierra.

EN BUSCA DEL SUR

Nuestro viaje hacia el sur había comenzado ya en Daytona, pero era a partir de Orlando cuando los sentíamos plenamente. Esta vez por el interior bordeando el gran lago de Okeechobee. De nuevo había que repostar y al entrar en la gasolinera sentí un tacto del cambio tan conocido como desagradable. La palanca no recuperaba. «Indians» como exclamaba Jack Nikolson cada vez que daba un trago a su botella de fuego. -«El muelle del selector».- Afortunadamente no era para tanto, tan solo la palanca con un estriado gastado giraba loca en el eje. Como mis herramientas, en europeos mm, no se llevan bien con la pulgadas americanas recurrimos a los rancheros que paraban allí para avituallarse. El primero lo intentó pero no tenía la medida de allen que buscábamos pero el segundo sacó amablemente de la gigantesca Pick-up las herramientas, mordazas y un poco de teflón. Sabia que no podría durar mucho pero por el momento era la única solución. Andábamos enfrascados en la reparación de urgencia cuando oímos un inconfundible sonido. Dos Harleys entraban en el surtidor. Si dudarlo uno de ellos con aspecto de genuino cerdo, se acerco hasta nosotros.

-» ¿ Problemas ?»,-» Bueno solo uno pequeño, pero lo estamos solucionando.»

-» A mi no me pasa eso. Mirar esto».

Metió primera con la palanca de mano y se alejó con absoluta tranquilidad. el granjero se le quedo mirando y no pudo reprimir una mueca de burla.

El teflón apenas aguanto la salida de la gasolinera, así que a partir de ahora me tendría que dedicar a hurgar con el tacón directamente sobe los reenvios. Incómodo y poco preciso, parecería un martirio en cualquier otro lugar y con cualquier otra moto. Recordaba como hacia justamente un año tuvimos que pelear con un problema similar pero mas grave en la República del Ecuador. Allí una 125 c.c que no reducía marchas aquí una 1.200 con una palanca loca. Pero la diferencia era abismal, marcada por dos factores fundamentales: Una: Terreno completamente llano recto y sin tráfico camino del lago Okeechobe frente a Avenida de los Volcanes, entre los Andes ecuatorianos a base de curvas y grandes desniveles camino de Quito. Dos: La Harley Davidson y su par motor.

He de reconocer que me tentó tanto, que lo tuve que probar, y una vez arrancamos desde un semáforo con la quinta velocidad engranada. Parece una salvajada, pero esos dos poderosos pucheros son capaces de romperte los esquemas. El cerdo me atacaba, ganaba enteros regalándome solo delicias.  Que delicia una recta infinita de doble carril, bien alejada del sentido contrario, con arcenes de cálida hierba y mas de 30 metros de anchura limitados por una tupida plantación de caña de azúcar.  La realidad es que además de las normas, allí lo que realmente pega son los muy moderados 80 por hora que permiten a tu cara refrescarse con la suave turbulencia que produce el bulto sujeto sobre el faro. Ya habíamos olvidando por completo los complejos europeos; adelantar a los coches estacionados en los semáforos, detenernos en el semaforo rojo si solo ibamos a girar a la derecha, correr, llevar dos dedos en el embrague y otros dos en el freno, inclinar a la minima ocasion…

Respirabamos espíritu Harley por los cuatro costados, como ellos ya no saludábamos a las otras motos, solo a colegas H.D., eso si como ellos con exageración en el gesto. Rodábamos casi completamente tumbados , a menos velocidad de la permitida, disfrutando de cada explosión del bicilindrico, con cada milla de carretera. Como Dennis Hooper, con la mirada insolente y superior del que esta realmente gozando de la vida. Contemplabamos a los otros viajeros de la ruta como simples adornos del paisaje. Comprobábamos ya sin asombro como en los «Estates» donde nada llama la atención, el paso de un Harley vuelve muchas cabezas, sin distinción de edades ni sexos. Poníamos rumbo sur en busca de la milla 0 de la US-1. Nada mas Made in Usa que sentir la libertad al estilo Easy Rider.

A TU AIRE

Realizar un viaje por Florida en una mítica moto yanque requiere mas que nada decisión. Casi ni el idioma es un problema pues la mayoría de la población del esta¬do es de habla hispana y siempre podas encontrar alguien que hable en español en casi cualquier sitio. Tarjeta de crédito. ( VISA, Mastercard o American Express ) fundamental si quieres alquilar vehículo. Con un vale toman la fianza de la moto ( aprox 3.000 $ ) que te devolverán cuando entre¬gas la moto ( este deposito puede ser utilizada también para pagar los desperfectos que pue¬das infligir a la montura ).

Comida. Si te gusta el Fast food estas de enhorabuena hamburguesas, perritos, pizzas, pollo, bu¬rritos, tacos, las miltinacionales de la comida basura se encuentran en cualquier parte. Al cambio resultan mas ligeramente mas baratos que en España. Steak House y restaurantes mas clásicos sirven la muy nutritiva y copiosa comida americana.

Moteles. El mejor sistema para el motorista por los USA. varían mu¬cho en precio y estación pero siempre encuentras alojamiento para dos personas por unos 60 $ Hablamos de mínimo cama King Size, televisor color, moqueta etc.

Mapas. En España solo puedes encontrar mapas generales de Florida escala 1:700.000. Allí en cualquier gasolinera tienes buenos y económicos mapas de carreteras por regiones, ciudades o condados. También resultan muy útiles los gratuitos facilitados por asociaciones turísticas, cadenas hoteleras o centros comerciales.

¿ COMPRAR O ALQUILAR ?

Si vas a estar mucho tiempo, 20 días en adelante hacer muchas millas o si no tienes prisa, lo mejor es comprar. La revista Cycle Trader ( de venta en gasolineras 1,5 $ ) ofrece verdaderas oportunidades para lo que estamos acostumbrados en Europa. Una Harley Davidson en muy buen estado por 8.000 $ es fácil de encontrar. Si no te importa o no puedes alcanzar los privilegios del mito americano, encontraras custom de mediana cilindrada, varios años y buen estado desde unas 120.000 pts. Tómalo con calma pues hay muchas oportunidades y cuando encuentres las siglas OBO recuerda que quieren decir ( or best ofert , negociables ). Intenta asegurarte de la venta antes de regresar o tomate tiempo para venderla.

El alquiler sale por unos 150 $ diarios a lo que tienes que sumar la gasolina. A los extranjeros no se les suele asegurar salvo que hagas una póliza especifica. Las direcciones de los negocios de alquiler los encuentras fácilmente en las páginas amarillas, o preguntando en los concesionarios o tiendas de motos. Normalmente exigen caución preventiva mediante deposito pagaré tarjeta de crédito y ser mayor de 25 años. Es valido el carnet de conducir español aunque conveniente el internacional si te vas a mover por varios estados.