Un nuevo viaje  a lo largo de la Ruta de la Seda China. Esta vez con un grupo de motociclistas de Costa Rica. Para empezar magníficos puertos de montaña con muchas, muchas curvas y después el desierto del Gobi. Superado Zhangye, con su Buda gigante tumbado, llegamos a Jiajuguan, el final por occidente de la Gran Muralla china, más allá, en los próximos dias nos internaremos en el desierto de Taklamakán, que significa «si entras no saldrás». Permanece atento a estas páginas donde iré subiendo fotos del viaje.

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Lunes, 20 Junio. Korla, Xinkianj. Ruta de la Seda. Ya estamos en Korla una nueva grán ciudad china. Desde Jiajuguan, viajamos hasta Dunhuan a los pies de las grandes dunas del desierto de Taklamakán donde nos divertimos un rato en la arena. Click en leer más para ver el relato completo y todas las fotos. Despues visitamos las cuevas de Mogao, con la mayor concentración de arte budista de toda China, pero no pudimos llegar hasta el valle escondido en el desierto y próximo a las cuevas, que ofrece uno de los rincones espirituales más místicos de esta región. Las torrenciales lluvias del desierto, ademas de cortar varias veces la carretera de acceso a Dunhuan, y que conseguimos superar, habian barrido literalmente la pista de acceso al valle. La unión de dos torrenteras habia provocado un corte en vertical de la pista de más de 50  metros de profundidad. Los pocos monjes que habitan el valle seguro que permaneceran aislados unos cuantos días. En el desierto del Gobi no suele llover, pero cuando lo hace las avalanchas son gigantescas, destrozando todo a su paso. Eso sí unos kilómetros más alla de donde caen los aguaceros, vuelve a brillar el sol y todo esta seco. Asi es el Gobi. Ayer pasamos por Turfan. La segunda depresión más profunda del mundo a 140 metros bajo el nivel del mar. Calor axfisiante y viento fuerte, una prueba más de los grandes contrastes de este inmenso pais.

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Miércoles 22 de Junio. Huatogou, Xinkianj. China. Ayer atravesamos el desierto de Taklamakan, ( si entras no saldrás ) de norte a sur entre  Korla y Roukiang. Poco mas de 400 km de fascinante paisaje. Primero el largo oasis que producido por las aguas subterraneas se adentra en el desierto, deepués, poco a poco, las arenas se imponen y al final todo es arena y sal. En esta ocasión debido a las fuertes lluvias torrenciales que caén muy de vez en cuando por aqui, puntuales, pero de enorme intensidad, encontramos algunos tramos de carretera anegados por la arena. Los chinos rápidamente se afanan en recomponer la ruta, pero los cortes de circulación son frecuentes. Durante mas de 20 km la carretera transcurría «flotando» sobre una gran laguna de agua que se extendía hasta el infinito y de la que solo sobresalían las dunas en el horizonte. Me recordaba la famosa carretera A-1 de USA, la carretera de los Cayos de Florida, que «vuela» sobre el mar Caribe, solo que aqui el mar esta a miles de kilometros de distancia. ¡ El desierto inundado! Nunca lo habia visto asi y os aseguro que es un insólito paisaje.

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Desde Roukiang, una pequeña poblacion que crece a ritmo desmesurado como toda China. comenzamos el regreso hacia Xining tomando rumbo Este. Para empezar un árido desierto a las faldas de la cordillera del Kum Lum , tras la que se eleva la altiplanicie tibetana. Un tramo de 120 km, a 35º centígrados. Menos mal que era de mañana temprano. A continuación un precioso tramo de carretera de montaña que remonta el primer contrafuerte de la cordillera. Sigue un valle agreste, despoblado de toda vida, salvo algunos matojos que se apañan a vivir en este territorio de aspecto dramatico y salobre. Curvas para perfilar los neumáticos y el termometro en descenso continuo segun se sube. 1500 metros . 2000, 2500…. 25º C. 20. 15… hay que parar para abrigarse. En apenas 40 km un descenso de mas de 20 grados centígrados y un ascenso de más de 1600 m de desnivel. Al llegar a la parte alta del puerto, no hay descenso. Entramos en la altiplanicie de Qinghai. El termometro se recupera a medio día y nos permite disfrutar de las arenas del desierto con el fondo nevado de los altos picos del Kum Lum. Nos damos prisa en atravesar una zona minera de asbestos, altamente cancerigena, un material estríctamente reglamentado, cuando no prohibido en todo el mundo, que aqui sigue en plena explotación. Al final alcanzamos Huatugou, desde donde escribo. Una ciudad, más bien un pueblo petrolero, rodeado de bombas de extracción del «oro negro». Mañana nuestro objetivo Golmud. 550 km de altiplanicie desértica más alla.[nggallery id=24]

Xining, 24 Junio, 2011. De regreso a la base en Xining. Los dos últimos dias , como todos los que se vive siguiendo la ruta de al Seda China, estuvieron cargados de bellos paisajes y emociones sin par. Entre Huatugou y Golmud, el paisaje desertico manda las más de las veces lo que quiere decir algunos cientos de kilometros es una planice que suevemente va ascendiendo junto a las faldas de la cordillera del Kum Lum. El tráfico es muy escaso y puede pasar hasta una hora sin que te cruces con nadie, lo que permite disfrutar de tus propios pensamientos mientras ruedas tranquilo por rectas infinitas. Otra veces el agua surge del subsuelo, o se acumula con las avenidas de las recientes lluvias llegadas de las próximas montañas creando lagunas rodeadas de intenso verdor. El escaso ganado se concentra en los pastizales y más que comer, retoza, en la primavera del desierto del Gobi. Al final se alcanza Golmud, la segunda ciudad de la provincia de Qinghai.Una ciudad de origen tibetano muy «chinificada» y rodeada de complejos fabriles químicos. El tren de Lhasa, el tren del cielo,  tiene aqui importante parada pues es punto de partida para iniciar la dura y larga subida hacia la altiplanicie enclavada a mas de 4000 metros.

La última jornada de nuestro viaje nos trajo de regreso a Xining por medio de 750 km de cambiante paisaje. Desierto y oasis de intenso color esmeralda. Un par de puertos de montaña por encima de los 3500 metros que ya presentan el mas tipico paisaje tibetano, frío, hierbas ralas lluvias esporádicas y camiones renqueantes que ascienden perezosamente y descienden dejando regeros que encharcan la carretera. Es el sistema chino para refrigerar los frenos. El primer tramo de 240 km,  el más aburrido, lo superamos en apenas dos horas gracias al viento. Esta vez sí nos vino soplando de espaldas durante todo el tramo, y  uno se dá cuanta por que a 140 km por hora apenas notas una ligera presión en el casco, mucho mas suave de lo que debiera para semejante velocidad, y la moto corre » que se las pela» gastando apenas 3,5 litros de combustible cada 100 km . Por lo menos esta vez Eolo estuvo de nuestra parte. En el segundo tramo de esta eetapa aparece el grandioso lago Qinghai, el más grande de China, un auténtico mar interior, en el que resulta imposible visulmbrar la otra orilla . Además con un día radiante el espectáculo desde el monasterio budista en torno al que se van concentrando las tiendas de campaña de los nómadas para celebrar su fiesta de verano es fantastico. Eso sí, no hay  que perder ni un seguno la atención a la carretera , el ganado , sobre todo los yaks cruzan  a su antojo y los caminoneros no levantan ni un momento el pie del acelerador y menos en las largas y suaves bajadas. Como consecuencia esta vez vimos como una familia tibetana descuartizaba tranquilamente un yak al borde de la carretera. Si ellos no los matan, por respeto religioso, tuvo que ser un camión, por lo menos estos dias los nomadas comeran carne. Finalizamos sin más incidentes, la Ruta de la Seda. Una ruta llena de alicientes y sorpresas, donde aun resulta fácil encontrar la esencia de las huellas de uno de los mas legendarios viajeros de la historia.Es la Ruta de Marco Polo.