Una de las sierras mas singulares de la Península Ibérica se adorna con maravillas naturales talladas en pura roca para brindar a los viajeros espectáculos naturales de inolvidable recuerdo.

En la serranía de Cuenca todos los agentes naturales se confabularon durante milenios para ofrecer paisajes casi irreales, formas en roca fantásticas, desfiladeros y ríos. Para acabar de adornar tan fantástica naturaleza el hombre ha creado en uno de sus mas bellos rincones una ciudad que se ganó hace tiempo el calificativo de Patrimonio de la Humanidad.

La sorpresa y asombro que producen la ciudad de Cuenca y su serranía a los que nunca viajaron por estas tierras es solo comparable con la satisfacción que provoca en los ya conocedores de sus excelencias, el descubrimiento de nuevos rincones. Sin duda uno de los tramos mas largos y bellos de carretera que se pueden encontrar en España para la practica del moto turismo es precisamente la transversal de la sierra que empezando en la misma capital lleva hasta Priego en el norte provincial. Decenas de kilómetros de perfecto asfalto, curvas de todo tipo y radio, magníficos paisajes escaso trafico y aun menos cruces o travesías, se puede pedir mas. Si, un clima idóneo durante la mayor parte del año salvo algunos helados días invernales y ocasionales y tempraneras nieblas matinales en otoño y primavera.

Cuenca-Valdecabras- Ciudad Encantada-Uña-La Toba- Tragacete- Alto de Vega- Nacimiento río Cuervo-Masegosa-Beteta-Vadillos-Cañamares-Fuertescusa- Poyatos- Casa forestal Tejadillos- Villalba de la Sierra-Cuenca- 230 Km.

Nuestra ruta recomendada sale de Cuenca por CM-2105 pero toma inmediatamente el desvío por CM-2104 para disfrutar de la travesía de la sierra de Valdecabras por una ruta de trafico prácticamente inexistente hasta alcanzar la Ciudad Encantada, paraje natural de obligada visita. Las gargantas del río Júcar con Uña y el embalse de la Toba son las siguientes referencias. Mas y mas kilómetros de perfecta ruta llevan por Tragacete y el Nacimiento del río Cuervo, otra de las paradas altamente recomendables. Mas adelante Masegosa y Beteta con su profundo y espectacular desfiladero por el que corre la carretera camino de Priego. El regreso rápido hacia la capital utilizaría el trazado mas llano por el que surca la N-320, pero es mucho mas recomendable seguir atravesando la sierra en esta ocasión por Fuertescusa, Poyatos, la Casa forestal de Tejadillos, la reserva natural de las Majadas el Ventano del Diablo ( vistas ) y Villalba de la sierra.

Cuenca

La naturaleza se empeño durante milenios en conformar una atalaya prodigiosa en la cordillera ibérica. Dos ríos, Júcar y Huécar rodean esta ciudad catalogada como Patrimonio de la Humanidad. Desde tiempos inmemorables el hombre estuvo presente en este singular paraje hasta que los musulmanes la convirtieron en hogar con el nombre de Kunka. Con el paso de los siglos la urbe descolgó su caserío hacia el llano manchego, donde se asienta la ciudad moderna. El Casco Antiguo de calles estrechas y tortuosas tiene su eje en Alfonso VIII a donde se asoman sus seculares barrios aledaños que permanecen con idéntica fisonomía con la que fueron conformados durante la Edad Media. De entonces aún perviven conventos, templos, y casonas blasonadas. El Ayuntamiento (barroco S-XVIII) soportado en arcos que se atraviesan para acceder a la Plaza Mayor. Aquí la Catedral, de estilo gótico anglonormando, único en España y en derredor un amplio catalogo monumental; el Archivo Provincial (antes cárcel y sede del Santo Oficio) los museos Diocesano, contiguo al Palacio Arzobispal, el de Arte Abstracto (en la más bella de las “casas colgadas”) y la Fundación Antonio Pérez, en el que fuera Convento de las Carmelitas.

Recorrer sus estrechas y empinadas calles, descubrir sus recoletos rincones, y gozar de la mágica atmósfera de sus plazas produce recuerdos inolvidables. Vistas panorámicas desde el Parador de Turismo, Torre Mangana y la Puerta Del Castillo.

La Ciudad Encantada. 

Roca, agua y tiempo son los elementos con que la naturaleza ha creado este laberinto kárstico de 20 kilómetros cuadrados, excepcional, casi irreal y fantasmagórico. Callejones, toboganes puentes y figuras insospechadas de pétrea roca y colosal tamaño que hacen volar la imaginación. Sus caprichosas formas siempre azuzaron la fantasía y mientras eruditos historiadores sitúan aquí correrías de Viriato los cineastas norteamericanos lo escogieron como ideal escenario para Conan el Bárbaro. Muchos son los turistas que dan por bien merecido el viaje con la sola contemplación mediante relajante paseo ( aprox. 2 horas ) de una de las formaciones geológicas mas sorprendentes de la Península. Animales prehistóricos, vegetales, maquinas y objetos son imitados por la naturaleza y para su contemplación algunas tienen rústicos carteles con su nombre popular pero son otras muchas las que se imaginan a cada paso.

 La hoz de Beteta 

De entre todos los barrancos de altas paredes creados por los ríos en la serranía conquense es el de Beteta formado por el rio Guadiela del más fácilmente observable. La carretera aprovecha el tajo provocado para penetrar junto al río que se abriga con una densa vegetación. Hay unos pocos lugares para detenerse y admirar desde dentro este estrecho valle. Es un lugar de sereno encanto donde el sol apenas penetra unas horas al día debido a la altura de los farallones y la estrechez del desfiladero. Cerca de Beteta el camino se abre para mostrar al pueblo encaramado en la roca junto a las ruinas del castillo.

Callejón de las Majadas 

Para alcanzar este rincón de la serranía conquense, hay que dejar la CU-921 en Villalba de la Sierra y seguir hasta el pequeño pueblo de las Majadas, donde se toma una carretera local de antiguo y bacheado asfalto en dirección a Uña o el embalse de la Toba. Apenas cuatro kilómetros más adelante nace por la izquierda una pista ancha y sin salida, que deja a su derecha todo el conjunto de Los Callejones. Una vez estacionada la moto, y siguiendo los estrechos senderos que se retuercen entre piedras pinos y retamas se descubren lugares prodigiosos, formas singulares en pura roca que para muchos tienen su punto culminante en el arco de piedra. Los aficionados a la ornitología encuentran aquí un verdadero paraíso si bien resulta difícil encontrar a los protagonistas de los melodiosos trinos por los ecos que se producen entre las rocas. La visita completa se puede realizar en poco menos de una hora.

Alarcón

A menos de una hora de la capital provincial este pueblo conquense situado a 3 km de la antigua N-III es una magnifica escala para los que viajen hasta Cuenca y su serranía viniendo desde el sur y este peninsular. Alarcón, puede considerarse una verdadera fortaleza. Dicen los historiadores que el nombre le viene al pueblo del rey Godo Alarico cuyo hijo conquisto esta plaza fuerte a los romanos. Sobre un espolón calizo labrado por el río Júcar, encaramado sobre una impresionante garganta y guarecida bajo sus murallas el ofrece un aspecto inexpugnable difícil de encontrar en otros lugares. La entrada al pueblo es de película de caballeros medievales, las torres de vigilancia se suceden intimidando el alma del viajero. Superadas las puertas el Castillo convertido en Parador de Turismo idóneo para el descanso y cuna de episodios históricos mezcla de leyenda y realidad, como la que relata que el Rey Alfonso VIII escaló sus muros con la única ayuda de dos dagas. El pueblo se organiza en cuatro zonas, cada una de las cuales tiene una iglesia que le da nombre. Santa María (S.XVI), San Juan de estilo levantino, Trinidad con fachada plateresca y escudos de los Reyes Católicos, y por ultimo Santiago y Santo Domingo de estilo gótico.

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