Fecha: 10 a 24 Noviembre 2006.Pilotos: Gustavo Cuervo, Miguel Angel Achiaga, Antonio Marraco, Jose Ramón Gonzalez, Pierre Servan-Schreiber

Países: Bolivia, Argentina, Chile. Longitud: 5.000 km. Entorno: Montañas, Andes, Altiplanos, Salares. Terreno: Tierra, Sal, Asfalto.

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09 Noviembre La Paz-La Cumbre-La Paz (100 Km., asfalto)

Jornada de aclimatación. Normalmente los montañeros utilizan varios días para que el organismo se acostumbre poco a poco a las alturas y su falta de oxigeno, pero nosotros no disponíamos del preciado tiempo para hacerlo así que ayudados por los modernos medicamentos, sobre-hidratándonos y no realizando grandes esfuerzos durante la primera jornada comenzamos en La Paz, nuestra etapa de la Vuelta al Mundo BMW Riders. Tras una revisión de las motos y cambio de algunos neumáticos hicimos una toma de contacto ascendiendo hasta los 4.200 metros de La Cumbre, un lugar envuelto en nieblas y con los bordes del camino salpicados por las cruces que recuerdan a quienes dejaron su vida en esta peligrosa carretera.

10 Noviembre La Paz-Sucre (580 Km., 310 de tierra-barro)

Salimos temprano para viajar durante 270 Km. por la cinta de asfalto que recorre de norte a sur el altiplano boliviano. A medio día y superado Oruro nos metimos en pista. La Cordillera Central, con sus fantásticos valles, sus grandiosas manadas de llamas salvajes, y sobre todo el multicolor aspecto de las sierras y montañas decoradas con trazos de todos los cromatismos imaginables. Tramos de 80 Km. /h, 100 Km. /h incluso más y Miguel Angel sufre un largo arrastrón, sin mas consecuencias que la rotura de su traje y un golpe en una uña del pie. Montxo que le sigue casi le atropella en su caída llegando a golpearle con la rueda delantera. Un buen susto. Ni la norma establecida estrictamente por Antonio, “nada de comer al medio día”, nos sirvió para llegar con luz de día a Sucre. Casi tres horas de conducción nocturna por una pista embarrada y numerosos vadeos de ríos que nos mantuvo el corazón encogido hasta divisar las luces de la capital política de Bolivia. Una larga y difícil jornada para empezar la aventura.

11 Noviembre Sucre-Potosí-Salar de Uyuni (450 Km., 344 de pista ripio, piedra, calamina)

Por asfalto hasta Potosí. Una dulce y sinuosa carretera, buen clima y la mejor aclimatación de nuestros cuerpos a la altura ya nos permitió disfrutar plenamente de la bondad de los motores boxer. A pesar de una notable disminución de su potencia debido a la altitud y gracias a la inyección electrónica seguían resultando una autentica delicia. Potosí es una ciudad desparramada a los pies de una montaña perfecta que parece pintada por un niño. Las toneladas de plata que hace mas de 500 años se arrancaron a esta colina mantuvieron el Imperio Español y de paso, al ingles y holandés, los primeros ayudados por sus piratas y corsarios y los segundos por sus orfebres y banqueros. Hoy de la montaña siguen sacando importantes cantidades de plata, aunque la urbe situada a sus pies con marcado aspecto colonial no refleje tal riqueza. Aquí empieza la pista que lleva al salar de Uyuni, disfrutamos mucho aquella tarde durante más de 300 Km. Un variado camino y cambios de paisaje cada varias decenas de kilómetros. Arena, ripio, calamina (piso rizado conocido con el nombre francés de tole ondule en África occidental). Con el sol en el horizonte alcanzamos el salar mas grande del mundo, rodamos unas decenas de kilómetros por tan especial superficie y descansamos en un singular hotel construido íntegramente con este blanco material.

12 Noviembre Salar de Uyuni-Ollague-Calama (Chile, 610 Km., sal, tierra, ripio, calamina)

En el desayuno recavamos toda la información posible de los nativos, pues ninguno de los mapas es de fiar en este rincón del globo. Empezamos por rodar por el paraíso. Una sensación única, nunca antes sentida en parte alguna del mundo por ninguno de nosotros nos entusiasmo. Era como circular por un cielo de blanco perfecto hasta un horizonte perfectamente rectilíneo e infinito, limitado por una cúpula azul brillante. Sobre este piso magnifico de buen agarre gozamos como niños la mañana de Reyes Magos. Un regalo de la naturaleza de incalculable valor. Vistamos una isla en mitad del salar, cuajada de cactus y todo fue perfecto hasta que salimos del blanco paraíso por su litoral este. Fueron horas inolvidables de autentico placer motociclista.

Fuera del salar de Uyuni seguimos una pista muy dura, retorcida, llena de trampas, calamina, polvo, piedras, en verdad muy trabajosa. Todos invocamos en repetidas ocasiones a “San Gas” para que nos sacara de situaciones muy apuradas. Tomamos un refresco en la aldea de San Juan y seguimos ya convencidos de ser los seguros conquistadores de los salares. Tan felices y seguros viajábamos que equivocamos el camino y cometimos un craso error, seguir en buena dirección, pero fuera de pista. La sal blanda nos atrapó sin piedad. En primera y gas fondo, con los motores “picando biela” de forma alarmante y patinado embrague, apenas avanzábamos al paso de una persona. De seguir así en pocos kilómetros acabaríamos con todas la motos y la Vuelta al Mundo finalizaría allí sin remisión. El salar de Chiguana nos había tomado prisioneros. Situación emocionante, muy complicada, critica. La soledad desértica del altiplano a 4.000 metros de altitud, donde cualquier esfuerzo pasa factura inmediata, bajo un sol de justicia que abrasaba nuestras caras aun con el casco y la gafas puestos, lejos de cualquier parte, con apenas unos sorbos de agua para compartir entre todos. Era el momento de echar mano de toda nuestra experiencia, de todo nuestro compañerismo y de toda la fiabilidad de las motocicletas. Lo único seguro por el momento era que disponíamos de gasolina suficiente, pues aunque ya llevábamos mas de 250 Km., aún restaban bastantes litros en el depósito, no todo iban a ser inconvenientes en sus mas de 300 kg. Encontramos una solución. Tendríamos que subir las motos, una a una y con notable esfuerzo, hasta una vía de tren que surcaba aquel infierno a más de dos metros por encima de la trampa salada y desandar el camino hasta donde nos habíamos equivocado. Solo el que ha montado entre los raíles de una vía de tren sabe el trabajo y tensión que hay que realizar para mantener el equilibrio sobre las piedras sueltas y las traviesas. Avanzábamos 100 metros y parábamos a descansar, a recuperar el aliento, a permitir que nuestros acelerados corazones bombearan litros de sangre empobrecida en oxigeno a nuestros desfallecidos y hambrientos músculos, a nuestros estresados y confusos cerebros. Una y otra vez, parando y arrancando, alternado un minuto de esfuerzo con diez para recuperar el aliento. Tiempo de descanso para estabilizar el organismo, sentir los latidos en las sienes y mirar con inquietud el horizonte. Hacia delante y hacia atrás, no sabíamos por donde podía aparecer un tren conducido por un adormilado conductor que no podría imaginar que hubiera cuatro motoristas españoles en mitad de la vía en pleno desierto boliviano. Necesitamos casi cuatro horas de extenuante esfuerzo para volver a lugar firme. Habíamos superado la crisis, pero aun estábamos en mitad de la nada. Recuperado el buen camino continuamos con el mismo rumbo pero por sal firme hacia la frontera de Bolivia con Chile, la estación ferroviaria de Ollague. Realizamos los trámites aduaneros y continuamos ya de noche cerrada por una amplia polvorienta y rizada pista en busca de Calama, la primera ciudad chilena que tenia gasolina. Aun necesitaríamos de otras cuatro horas mas para recorrer los más de 200 Km. que nos restaban para nuestro deseado descanso. La noche, la soledad, el polvo, un pinchazo en una rueda delantera y fascinante luz de las estrellas brillando sobre nuestras cabezas. Todos dimos gracias a las motos cuando por fin alcanzamos Calama.

13 Noviembre. Calama-San Pedro de Atacama (270 Km., asfalto, 80 de tierra)

Decidimos tener una jornada tranquila. La mañana la dedicamos a lavar y repasar las motos tras la paliza del día anterior. Cuando el agua a presión desprendía el salitre del metal sentimos como si fuéramos nosotros mismos los que nos duchábamos tras una larga y polvorienta jornada. Por la tarde enfilamos de nuevo hacia el este y el interior de los Andes pasando por el valle de la Luna y atravesando el norte del desierto de Atacama el más seco del mundo. El ocaso lo vivimos junto la laguna de los flamencos en mitad de otro infierno de sal cristalizada, esta vez tan claramente intransitable que no tuvimos la mas mínima intención de probar. San Pedro de Atacama es un autentico oasis colonizado por hordas de turistas internacionales, pequeños hoteles, restaurantes y salones de Internet.

14 Noviembre 2006. San Pedro de Atacama-Salvador de Jujuy (500 Km., asfalto 50 Km. tierra, lava)

El paso de Jama es uno de los más bellos y altos puertos de la cordillera de los Andes. Una carretera de magnifico asfalto que asciende hasta los 4.900 metros de altitud, y por esas alturas se queda durante decenas de kilómetros, para ofrecer uno de los más bellos paisajes de altiplano de todas las Américas. Es el reino de los volcanes y las lavas de los lagos saldos y pequeños salares de la desolación más pura. Un mundo seco en el que apenas llueve tres veces al año un mundo maravilloso si no fuera por que el más mínimo esfuerzo físico se acusa en el organismo debido a la falta de oxigeno atmosférico. No hay gasolina, no hay pueblos no hay nada mas que grandiosa naturaleza hasta la frontera con Argentina. Después el larguísimo descenso hacia Jujuy. Apretamos un botón en nuestros cerebros y las endureras se transformaron en ruteras para trazar una vertiginosa bajada.

15 Noviembre 2006 Salvador de Jujuy-Salta (100 Km.)

La jornada mas corta del viaje por el paisaje semi tropical de Jujuy que fue algo así como viajar por Jauja para motos y pilotos. Afortunadamente utilizamos la ruta antigua estrecha, boscosa y sobre todo sinuosa hasta la saciedad. Antonio dijo que nunca había recorrido una carretera con más curvas por kilómetro en su vida.

16 Noviembre 2006 Salta-Santa Maria Valles Calchaquíes (404 Km. 250 de pista)

Regresamos a la tierra para viajar por un rincón perdido de Argentina. Los valles calchaquíes, en el extremo nor-occidental. El parque Nacional de los Cardones con sus cactus gigantescos, y pistas de tierra en largas rectas, calamina, y mucho polvo.

17 Noviembre 2006 Santa Maria-La Rioja (400 Km. 200 pista tierra)

Los mineros canadienses y argentinos nos avisaron de la belleza y la dureza del recorrido por la pista de Capillitas. Era sin duda el más espectacular camino de montaña de la región. Una primera travesía de pampa seca y pedregosa con numerosos badenes de piedra suelta fue remontando hasta buscar la ascensión final hacia la mina de Capillitas. Numerosas trampas para motos de este volumen y algún arenal sorprendente, como el que “cazo” a Pierre. Lo mejor el descenso, al principio envueltos en densa niebla, mejor pues el muy estrecho y retorcido camino tiene a uno de sus bordes y casi permanentemente un despeñadero de mas de un kilómetro. Esta pista montada por los mineros para alcanzar la rodocrosita o rosa del inca es realmente impresiónate. Más de 30 Km. de descenso sinuoso en el que no cruzamos vehículo ni persona alguna. Espectacular y grandiosa el lugar soñado por todo amante de las rutas de montaña perdidas en los mas escondidos rincones del mundo.

18 Noviembre 2006 La Rioja-Villaunion (280 Km., asfalto)

Frió viento lluvia tráfico, la mejor combinación sin duda para la herida mano de Pierre que viajaba desnuda apoyada en el puño. Un día de los llamados de perros Casi nunca llueve ni hace frío pero cuando lo hace en el desierto de Talampaya es de verdad. Impresionante cañón de verticales paredes, y numerosos petroglifos, un excelente libro de geografía e historia andina.

19 Noviembre 2006 Villaunión-Mendoza (610 Km. 260 pista)

Otra bella etapa mixta que comienza con bonitos tramos off-road. La cuesta de Huacas y algún paisaje lunar antes de enfilar la larga pista de la Pampa del Leoncito. Un pinchazo en mitad de la nada nos permitió darnos cuenta de que realmente nos pasábamos el tiempo viajando en la soledad más absoluta. Volver a la civilización y sus atascos de coches de domingo por la tarde nos costo una multa. Un cambio demasiado brusco para nuestra forma de conducir, ¿cómo íbamos a estar parados si veníamos del lugar de horizontes sin fin? Un lugar donde no hay más señales ni reglas de tráfico que las que dicta tu siempre acertada prudencia. Lo mejor es que nos encontramos en plena carretera con Julio, un argentino participante en la segunda etapa de la vuelta Mundo BMW en África. ¡Que pequeño es el mundo! Gran cena de carnes argentinas claro.

20 Mendoza-Aconcagua-Mendoza (380 Km., asfalto)

Un repaso a las motos en el concesionario oficial de Mendoza, una lavadita y por la tarde de carreras a pillar el atardecer en el Aconcagua, la montaña más alta de América. De carreras por que los 190 kilómetros de sinuosa ruta los hicimos a buen ritmo y llegamos a ver el sol sobre la gran montaña. Julio se empeño en remontar el puerto por la pista antigua pero los grandes neveros la mantenían bloqueada a pocos kilómetros. Regreso nocturno a buen ritmo hasta Mendoza.

21 Mendoza Argentina-Viña del Mar (Chile) (370 Km.)

Una tranquila jornada en busca de la Costa. El Paso Libertadores que transita junto al Aconcagua es el más concurrido de los puertos andinos entre Argentina y Chile. Largo y bello en la subida y espectacular y muy sinuoso en la bajada del lado Chileno. Al final Viña del Mar en la costa Chilena.

22 Noviembre 2006 Viña del Mar. Pixitanqui (141 Km., asfalto)

Un corto y agradable recorrido por la carretera costera de Chile hacia el norte. Buena gastronomía, pescado después de tanta exquisita carne argentina y un apartamento en la playa para descansar. Naturalmente con el correspondiente paseo por la solitaria playa en moto.

23 Noviembre 2006 Pitxitanki Parque Chinchillas-Horcón (386 Km., asfalto)

Hacia el norte y el interior de los Andes Chilenos se encuentra la reserva Parque Nacional de las Chinchillas, esos simpáticos roedores que “prestan” su piel para los más admirados abrigos. Preciosa carreteras de montaña, solitarias con muchas curvas de diversos radios siempre bien trazada. Una delicia de viaje. Puro Touring. Dormimos en Horcón es un pueblo pesquero tradicional de muy agradables recuerdos.

24 Noviembre 2006 Horcón-Santiago de Chile (195 Km.)

Últimos kilómetros para la nostálgica despedida de unas fieles motocicletas que seguirán dando satisfacciones inolvidables a los siguientes pilotos.

Gustavo J. Cuervo

RUTA DE LOS EXPLORADORES. Por Jos Martín

“Después de todo esto, este día á mediodía Pedro Sarmiento tomó el altura con tres Astrolabios en cincuenta grados, y luego el General y Alférez y Sargento–Mayor y otros tres soldados subieron á la cumbre de una asperísima montaña y cordillera de mas de dos leguas de subida de peñascos tan ásperos y agudos, que cortaban las suelas de los alpargates y zapatos como navajas”.

Pedro Sarmiento de Gamboa

“Relación y derrotero del viaje y descubrimiento del Estrecho de la Madre de Dios antes llamado de Magallanes”

Vivir a 3.636 metros de altitud tiene sus problemas de adaptación. Allí suelen tomar hojas de coca (generalmente masticadas o en infusión) para evitar el soroche o mal de altura. La Paz, la capital situada a mayor altura del mundo, tiene su centro histórico en la Plaza de Murillo, en cuyas calles adyacentes aún se conserva algo de su antigua arquitectura religiosa, como la iglesia de Santo Domingo y la basílica de San Francisco, junto a otra de carácter civil, como las casas de la calle Jaén. Entre medias, está el Mercado de la Hechicería.

El viajero que sale de La Paz hacia Chile busca alcanzar lo antes posible y de la forma más cómoda la Carretera Panamericana y, para ello, hay quien elige llegar a Arica pasando por Viacha y la frontera de Charaña. Otros escogen un camino más largo y difícil, pero que tiene el aliciente de visitar Oruro, mejor si es en época de carnaval para gozar con La Diablada en honor de la Virgen del Socavón (patrona de los mineros); de acercarse a Potosí, a 4.072 metros de altitud, en la que aún se visitan las viejas minas de plata que dieron origen a la frase “valer un Potosí” como sinónimo de abundancia o riqueza; y de conocer el salar de Uyuni, una joya de la naturaleza que alcanza doce mil kilómetros cuadrados de extensión, dejado allí por un lago salado llamado Minchín que existió hace miles de años, para llegar a la ciudad chilena de Antofagasta atravesando la frontera de Ollagüe. Por el camino es probable que se vean flamencos en algunas lagunas y vicuñas y otros animales andinos por las montañas.

Una vez en Chile, la ruta mejora sensiblemente. Desde Antofagasta, la capital costera del desierto de Atacama o de lo que allí se llama “el gran norte”, ciudad eminentemente dedicada a embarcar en su puerto el cobre que se extrae de la cercana mina de Chuquicamata, la mayor del mundo, una carretera asfaltada y cuidada lleva a Copiacó y Coquimbo para llegar a Santiago de Chile por lugares variopintos generalmente hermosos, especialmente si miramos al mar, a sus acantilados y playas. No está de más olvidar por un momento la línea recta y meterse unos cuantos kilómetros por carreteras secundarias hacia el interior para descubrir llanuras desérticas, viñedos interminables, géiseres brumosos o cañones aplomados. Tampoco es mala idea derivar hacia Valparaíso en La Calera, unas decenas de kilómetros antes de llegar a la capital.

Bibliografía

–Viajes al estrecho de Magallanes. Pedro Sarmiento de Gamboa. Dastin Historia. Madrid, 2000.

–South American Handbook. Ben Box. Footprint. Bath, 2001.

–Chile. Insight Guides. APA Publications. Londres, 2003.

–Chile. Guía Turística Turistel. Turismo y Comunicaciones. Santiago de Chile, 2001.

–La casa de los espíritus. Isabel Allende. Plaza y Janés. Barcelona, 1985.

–Argentina. La Guía Pirelli. Pirelli Argentina. Buenos Aires, 1990.

–La Argentina. Ruy Díaz de Guzmán. Dastin Historia. Madrid, 2000.

NOTA DE PRENSA AVENTURA EXTREMA EN LOS ANDES

La Vuelta al Mundo BMW Riders ha llegado a Santiago de Chile concluyendo la mitad de su viaje alrededor del planeta en la fecha prevista. Cada motocicleta totaliza ya 70.000 km en su marcador y superando dos etapas de aventura extrema en los Andes. Los equipos 14 y 15 atravesaron los lugares mas bellos difíciles y recónditos de la majestuosa cordillera sudamericana.[flash    Partiendo de Lima ( Perú ) y siempre por el interior, superando decenas de puertos con alturas superiores a los 4.000 m.s.n.m., Albert Castello, J. Navarro, F. Boixareu, Xavi Montané, pasaron por Huancayo, Cuzco, Puno, el Cañón del Colca, Arequipa, lago Titicaca y entraron en Bolivia para ceder el relevo en La Paz Bolivia, Gustavo Cuervo, Montxo Gonzalez, Miguel Achiaga y Pierre Servan Scheiber, que sustituyo a Antonio Marraco en la ultima semana, se encargaron a continuación de atravesar los mas extremos y fascinantes paisajes del altiplano de Bolivia, norte de Chile y Argentina. En su rutómetro quedaron inscritos Sucre, Potosí, Salar de Uyuni, desierto de Atacama, Paso de Jama entre volcanes a 5.000 m. y las pistas de tierra de las regiones argentinas de Jujuy, Catamarca, La Rioja y Mendoza, para entrar en Chile junto al mítico Pico Aconcagua, la cima de América. Dos etapas que sumaron más de 9.000 km a cada motocicleta incluyendo mas de 4.000 km. de pistas, caminos y senderos. El polvo y el barro, las piedras y la sal provocaron pinchazos, bloqueos y caídas sin consecuencias graves. Todos los pilotos enriquecieron sus espíritus con las extraordinarias vivencias de compañerismo y amistad que forja la Vuelta al Mundo BMW Riders.