Salir de Portugal y entrar en Galicia es casi seguir en el mismo sitio. El paisaje del norte de Portugal y el sur de Pontevedra es el mismo, verde esmeralda tachonado de azules intensos aquí y allá por un océano Atlántico que poco más arriba se introducirá en las rías bajas gallegas.
Continuamos nuestro viaje entre Madrid y Barcelona por Lisboa, ya se sabe que el viaje más interesante el más largo entre dos puntos. Primero desde Tuy hacia A Garda paralelos al último divagar del rio Miño. Al norte es España , al sur Portugal. Tierra de vinos con denominación de origen, donde las uvas crecen en altura, las cepas son parras soportadas por recias pilastras de granito para evitar que la humedad de la tierra provocada por las frecuentes lluvias de la región estropee la uva . El pueblo de A Garda ( La Guardia ) como bien indica su nombre vigila la entrada de la ría del Miño, pero es realmente su monte de Sant Tecla desde donde se tiene un mirador privilegiado. Hasta allí se subieron los pueblos celtas a montar sus chozas de las que restan residuos arqueológicos bien conservados y reconstruidos para hacerse una idea de los antiguos pobladores gallegos. Al final del oeste como se acaba la tierra hay que tomar dirección norte y perfilar la costa en busca de Vigo siguiendo en uno de los tramos más rectos y de horizontes más abiertos hacia el Océano de toda la recortada costa gallega.
Ya llevamos unos días de viaje y con la convivencia se aprecian los valores y defectos de las cosas, ya puedo decir que hay algunas que me gustan mucho y otras no tanto … o nada. Ya he dicho y repetiré que de la Triumph me gusta su motor, pero no he dicho que me gustan también alguna de esas cosas que no se suelen escribir en las pruebas y que son importantes sobre todo para el que utiliza la moto en largos viajes. Las maletas, buena capacidad y excelente sistema de cierre, fácil intuitivo sin complicaciones con múltiples palancas, sencillas de colgar y quitar y de abrir y cerrar..pero, todo tiene que tener un pero. El sistema de sujeción oscilante no me convence. Tiene su explicación pero lo de que las maletas se vayan moviendo en marcha no me gusta nada. Es cierto que apenas se nota, pero según mis compañeros se mueven tanto en marcha vistas por detrás que da hasta miedo, y les creo.
La bolsa sobre deposito, está muy bien conseguida muy fácil de quitar y poner con simples operaciones y siempre queda muy segura en marcha no se mueve , muy bien. Lo malo es que inevitablemente queda muy alta al subir encima del ya de por si alto deposito. Casi da para apoyar el casco sobre ella en marcha y si la llenas a tope sin casi .Perjudica la movilidad en parado y maniobras pero no en exceso y sobre todo debido a su altura. En general bien.
Otra cosa, la pata de cabra, nadie suele hacerle mucho caso en las pruebas a este elemento y la verdad que es importante. Sentirte seguro cada vez que paras que tu moto no se va a caer o que vas a rebuscar con el talón de la bota su tirador, o que será difícil de poner pues quedara muy tumbada o muy vertical son aspectos que dan seguridad si están bien resueltos y en la Explorer esto está bien conseguido.
Rias Bajas, los cinco dedos de Díos
Las Rías Bajas eran nuestro siguiente destino y en verdad que es todo un privilegio disfrutar de estos singulares paisajes fuera de temporada. Baiona siempre me gustó. Su puerto deportivo las murallas lamidas pro el agua del océano y su recoleta playa. Aguas que vieron llegar la carabela que trajo la noticia del descubrimiento de las Indias y que hoy tiene una reproducción a escala natural flotando en su bahía, entre naves deportivas y recreativas.
Vigo poco más adelante también me ha gustado siempre aunque en esta ocasión no tuvimos tiempo de deambular por sus callejuelas, de gozar del ambiente singular de sus puerto donde conviven los pesqueros oceánicos con los mejilloneros, los trasbordadores con los transatlánticos. Una ciudad bella atrapada y rodeada por el entramado de una gran urbe moderna.
Es un privilegio fuera de temporada descansar en un pequeño hotel justo frente al romántico puente que une la isla de la de Toja a la península de O Grove, cenar en un no menos pequeño restaurante las delicias marineras surgidas de estas rías, despertar junto al vuelo de las gaviotas y pasear junto a la ermita de las conchas sin agobios turísticos es eso lo que yo llamo un privilegio. Las cinco Rías Bajas, son como la huella de los cinco dedos de Dios clavados en el noroeste peninsular. Paisajes y paisanajes que te pueden atrapar durante muchos días, son tantos sus alicientes, sus recodos e imágenes de postal, que resulta difícil salir de aquí en busca de una ciudad, pero es que la ciudad que nos llama también tiene excelentes atractivos.
Santiago de Compostela. El fin del Camino Jacobeo. Hay que llegar y situarse frente al Pórtico de la Gloria , frente a la impresionante fachada de la catedral compostelana, para sentirse peregrino del tiempo y el espacio. Da igual como llegues. Allí confluyen ciclistas, caminantes, y turistas en general de toda Europa y otros continentes poniendo fin a un peregrinaje con siglos de historias y leyendas acumuladas. Santiago es aún mucho más que su catedral las rúas entorno a la misma, de solida piedra, sus múltiples mesones, cafeterías, restaurantes, su población estudiantil su capitalidad de Galicia, todo hace de esta ciudad una referencia fundamental en todo viaje por el noroeste hispano.
Hacia el norte de Santiago La Coruña y la lluvia. Era difícil que salváramos el paso por Galicia sin probar sus aguas caídas del cielo y en la Coruña, nos toco, aunque afortunadamente justo cuando acabábamos de llegar al hotel.
En busca de las Rias Altas.
Entre nubes y claros empezamos el recorrido por las Rías Altas. Un paisaje bien diferente. No ya en la ría de Ferrol, que aun mantiene cierta similitud con las Bajas, si no más al norte. Siempre que voy por allí procuro pasar por un lugar casi mágico, quizá mágico de verdad, San Andrés de Teixido. De entre las muchas leyendas que brotan de estos bosques y montañas en San Andrés se concentra unas cuantas. A mí me gusta esa que dice que: «a San Andes de Teixido ira de muerto quien no fue de vivo…» y me parece bien porque es un buen argumento para visitar este rincón. Una aldea colgada de las montañas un apretado y pequeño caserío en torno a la ermita enfrentado al Océano. Para llegar hasta aquí lo normal es la carretera que sigue la costa desde Ferrol y la bella población de Cedeira pero para mí lo ideal es la local entre Feas y Seixo, que atraviesa un tupido bosque cortando la sierra de Capelada. Estrecha y sinuosa muy de moto trail, preciosa, en el más puro estilo de la Galicia rural.
La Triumph vuelve a mostrar sus aptitudes en este tipo de rutas donde la tercera velocidad te sirve para todo. Si aprietas un poco mas y bajas una marcha entonces hace su aparición el control de tracción y ABS en giros cerrados y llenos de grava. Tú eliges ritmo turístico, que no lento, sin ayudas electrónicas o trabajar gas y frenos ayudado de la informática para que no te pases en ninguna aceleración o frenada.
El viento no soplaba fuerte en el cabo Ortegal como resulta habitual en esta zona. Los aerogeneradores solo giran a un ritmo tranquilo. en el descenso la Ría de Ortigueira, la más retorcida y profunda de las rías altas. Enlazando con la nacional C-642 volvemos a la carretera más amplia con arcenes y curvas más suaves siempre permanentes enlazadas. Una gozada de ruta que pronto alcanza Porto de Barqueiro, donde dejamos no sin nostalgia el desvío hacia el Cabo de la Estaca de Bares y continuamos hacia Viverio.
Suele ser un hábito muy extendido entre los ruteros el mirar con frecuencia el cuadro de relojes. No solo por ver las rpm cuando vas deprisa, si no por puro instinto, para comprobar que todo va bien pues la tranquilidad de todos los chivatos de alarma apagados es algo que siempre de hace viajar tranquilo. Aquí la Explorer volvió a regalarme con otro de sus accesorios . Un triángulo de alarma y la presión de neumático trasero marcando 2,1 kg/cm2. Había pinchado. aun no había notado nada pero la electrónica sí. Un gran avance. Aun recuerdo la desagradable sensación de un pinchazo cuando llevábamos ruedas con cámara en las motos de carretera. Todo el aire escapaba de repente y si era de atrás tenias posibilidades de salvar la caída pero si era de la rueda delantera tenias un problema serio, que se incrementaba exponencialmente con la velocidad. Ahora no. la Triumph te avisa que la presión ha disminuido de la mínima recomendable y te da tiempo a ver cómo va perdiendo poco a poco la presión y calcular si tienes tiempo de comer y esperar a que abra el taller de reparación como hicimos. Mi agradecimiento al taller de neumáticos de Vivero que me puso un «gusano» en un periquete y no me quiso cobrar nada, deseándome además buen viaje. El viajero en moto sigue despertando simpatías entre la población.
La carretera N-642 acaba por enlazar con la autovía del Cantábrico, poco mas allá de Foz y 24 km más adelante sale de Galicia volando con un viaducto sobre la última ría, la de Ribadeo, que comparte con su vecina Asturias. El principado al igual que sucede con toda la costa desde que empezamos a recorrer la en A Garda reclama una parada en cada pueblo litoral, en cada puerto de pescadores la nueva autovía permite escapar mejor de las tentaciones que la antigua carretera donde cada población indicaba con sus carteles al puerto, a la playa, al mirador… Los kilómetros pasan rápido, bueno no tan rápido a la velocidad limitada a 120 km/h. con que están limitadas todas las autovías españolas y no todos los tramos que los hay con señalización especifica mucho más lentos. Lo mejor colocar el control de crucero en la velocidad indicada y relajar el puño de gas y la mente en busca de radares. Su manejo es sencillo sobre el puño derecho aunque requiere cierta práctica y es más lento de reacción que los de otras marcas. Tapia, Navia, un tramo aun sin acabar de la autovía nos lleva a recorrer unos kilómetros por la antigua N-634, que nostalgia, hace ahora 40 veranos que pase por primera vez en moto por esta carretera. Tenía entonces una licencia de ciclomotor recién sacada, una fabulosa Montesa Fura 50 c.c y la ilusión de los 14 años la misma que ahora cada vez que viajo en moto. Era entonces una carretera realmente sinuosa que tenía que entrar y salir a cada valle en una sucesión de curvas inacabable. Hoy se puede hacer gran parte de esa misma ruta «por abajo», que ha quedado para un turismo de curvas realmente memorable, aunque en cada valle los viaductos vuelen sobre tu cabeza cortando el paisaje, como siempre no se puede tener todo, pero sin duda mejor así, desplazamientos por arriba y turismo por abajo.
De Galicia a Asturias
El Principado de Asturias con su autopista mas representativa la Y asturiana que une sus tres principales ciudades, la capital Oviedo con la industrial Avilés y la playera Gijón, donde nos esperaba Fernando Rodríguez, asturiano de pro, protagonista de la serie Caballos de metal, dedicada a descubrir y recorrer Asturias en moto, que se emite por el canal de televisión autonómica del Principado. Visita a un llagar ( bodega donde se elabora la sidra tradicional asturiana ) cena y mañana mas. Aun nos queda el oriente astur, Euskadi, Pirineos y Cataluña, aun quedan muchas curvas por delante.