Fausto Saavedra. Motorista de nacimiento allá por el año 69 en vez de estar en Paris en el mes de Mayo  estaba haciendo Enduro por la sierra Madrileña con su primera Montesa, luego han venido muy diferentes novias de dos ruedas de carretera y campo pero con preferencia a estas últimas. 

Ha recorrido en España cañadas y rutas históricas como la Ruta de la Plata el Camino de Santiago o La Cañada Real Soriana, así como Marruecos en más de 15 ocasiones.  Gran viajero con casi 70 países a sus espaldas  ha recorrido en moto toda Europa  y los USA así como los Andes desde el Caribe hasta el estrecho de Magallanes ,  Extremo Oriente con Tailandia y Laos así como China y la Ruta de la Seda, incluyendo  Australia, con su amigo Carlos Martinez de Campos.  En sus ratos libres practica el Derecho para ganarse un poco la vida.   

Hace unos años mi amigo José María y yo partíamos de Roncesvalles, a principios de Agosto, por la senda de los peregrinos dirigiéndonos en nuestras monturas con tacos de enduro al destino, en Santiago de Compostela, más de 800 km atravesando España por el viejo camino del Apóstol.

Esa ruta hecha en moto, no deja de ser la misma ruta que tantos han pisado de muy diferentes formas a lo largo de los siglos.

El camino de Santiago, es una belleza para descubrir desde nuestra moto, tomándolo en perspectiva y compartiendo con personas y medios de transporte de lo más diverso.

Efectivamente lo hicimos, con unos peregrinos que venían en camello desde Perpiñán, con otro que había venido a caballo desde Rumanía… también con ciclistas que pedaleaban tumbados en su bici con los pies por delante y otros que se dedicaba a empujar la silla de quien no podía mover las piernas al ritmo necesario para alcanzar el deseado final en Santiago.

Por las mañanas procuramos pasar despacio sin levantar polvo por senderos y caminos saludando, prestándonos a ayudar a los peregrinos, a llevar sus bolsas o sus mochilas hasta el siguiente destino, con el fin de compartir con ellos y que no se molestaran con el ruido o el polvo de nuestras motocicletas.

Por la tarde siempre teníamos la puesta de sol al frente por ser nuestro rumbo hacia el oeste, más libres, porque los peregrinos e habían alojado pronto y era el momento para disfrutar del camino y los paisaje inmensos de esa ruta inolvidable.

El primer día nos permitía bajar del Pirineo hacer meta en Logroño. Paisajes verdes de montaña cargados de historia, de iglesias, y de habitantes que miran como algo cotidiano del paisaje a todo aquel que pasa por el camino.

El segundo día desde Logroño atravesando la Rioja preciosas vistas de los viñedos preparados para la vendimia y más allá las tierras altas de Burgos para llegar a la vieja Frómista, y dormir allí hasta el dia siguiente.

El tercer día vamos a recorrer la tierra de Campos alcanzando las planicies de León para descansar ya cerca de Galicia en la muy noble villa de Astorga.

El cuarto día hay que subir O Cebreiro y meternos directamente en la profunda Galicia. Las viejas Corredoiras el verde, el agua, los carballos y también la montaña presiden la travesía gallega, un enduro que podría recordarnos alguna zona boscosa selvática, propia de otras tierras. Esa travesía profunda se hace larga y compleja a veces dificil pasar con nuestra montura, por piedras, agua y senderos estrechos.

La meta es llegar a la plaza del Obradoiro llenos de barro de pies a cabeza y delante del hostal de los Reyes Católicos pedir habitación ante la asombrada mirada del cancerbero y de los recepcionistas que nos miran con sorpresa.

Como se nota que no han hecho el camino y no han visto a los chavales que viajan con el camello.

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También puedes visitar el blog de Alicia Sornosa quien ha tenido esta iniciativa y donde encontrarás muchos más…